CRISTOLOGÍA
Estudio de la persona de Jesucristo
1)
CUALIDADES DIVINAS ATRIBUIDAS AL HIJO EN EL NUEVO TESTAMENTO,
QUE EN EL ANTIGUO TESTAMENTO SON ATRIBUIDAS A JEHOVÁ.
a) Uno de los títulos dados a Jesús en
el Nuevo testamento es “Salvador”. El término “Salvador” se usa un total de
veinticuatro veces, de las cuales dieciséis son en referencia a Cristo
i)
Se
dice que Cristo es:
(1) El Salvador del mundo (Jn 4:42)
(2) El Salvador de Israel (Hch 13:23)
(3) El Salvador de la iglesia (Ef.
5:23)
(4) Y que el Padre lo envió para ser el
Salvador del mundo (1 Jn 4:14)
ii) Es de observarse que el término
“Salvador” se usa indistintamente tanto para Cristo como para el Padre, y que
este uso es en referencia directa a la salvación del pecado
iii) Es precisamente porque salva del
pecado que Cristo es llamado Salvador (Mt. 1:21;Hch 5:31), prerrogativa que en
otros pasajes corresponde exclusivamente a Dios (Mr. 2:7;Lc.5:21)
iv) Si en el Nuevo testamento Jesús es
presentado como el Salvador, en el Antiguo Testamento es Jehová quien posee tal
cualidad (2 S 22:3;Sal 106:21;140:7)
v) Por lo menos un pasaje del Antiguo
Testamento donde el Salvador del pueblo de Dios se menciona (Zac 9:9) se le
aplica a Cristo en el Nuevo Testamento (Mt 21:5)
vi) La evidencia del Nuevo Testamento
es entonces que al usar el termino Salvador indistintamente para el Padre y el
Hijo , y al atribuirle a Cristo el cumplimiento de una profecía del Antiguo
Testamento acerca del Salvador de Sión, los autores confesaban su creencia en
la deidad de Cristo
b) Los autores del Nuevo Testamento no
sólo se refieren a Jesús como Salvador, identificándolo con un título que en el
Antiguo Testamento es dado a Jehová, sino que además se refieren a él como
Señor, título que en la versión griega del Antiguo Testamento, la Septuaginta , es la
traducción del nombre hebreo para Dios, Jehová (Yahweh).
c) Al usar el término “Señor” para
Jesús le atribuyen pasajes del Antiguo Testamento en los cuales el texto hebreo
se refiere directamente a Jehová (Yahweh), el nombre sacratísimo de Dios
d) Al identificar de esta manera a
Jesús, el Señor del Nuevo Testamento, con el Señor (Yahweh) del Antiguo
Testamento, los autores sagrados confesaban tanto su señorío como su deidad, ya
que el titulo Señor le asigna tanto a Jehová como a Jesús señorío sobre la
creación y el derecho de ser adorados
e) Cristo es descrito como el “Señor
de gloria” (1 Co 2:8) título que en el Salmo 29:3 es dado a Jehová ; 1 Corintios 10:26 es una cita del
Salmo 24:1
f)
Si
en el Antiguo Testamento el Señor Dios dijo de si mismo : “Que a mi se doblará toda rodilla
y jurará toda lengua” (Is. 45:23) , en el Nuevo Testamento es ante
Jesús:”para que en el nombre de Jesús se
doble toda rodilla de los que están en los cielos , y en la tierra, y debajo de
la tierra; y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de
Dios Padre” (Fil. 2:10,11)
En el caso de Jesús, su divinidad se presenta, dentro de otras
maneras, llamándolo Dios y adorándolo como divino
1)
Jesús,
llamado Dios
a) “En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios , y el Verbo era
Dios” (Jn 1:1)
i)
Se
ha sugerido que como en el texto griego la frase “y el Verbo era Dios”, “Dios”
no tiene articulo definido y debe traducirse “y el Verbo era Divino”, o algo
inferior al Padre , algo así como “ y el Verbo era un dios”
ii) Pero si el autor de este evangelio
hubiera querido llamar a Jesús “divino” hubiera usado la palabra theios (divino) que ocurre tres veces
en el Nuevo Testamento :
(1) “Siendo, pues, linaje de Dios no
debemos pensar que la Divinidad (theios)…” (Hech 17:29)
(2) “como todas las cosas que
pertenecen a la vida y a la piedad nos han sido dadas por su divino
(theios) poder…” (2 P 1:3)
(3) “…para que por ellas llegaseis a
ser participantes de la naturaleza divina
(theios)…” (2 P 1:4)
iii) No es extraño que en Juan 1:1 en el
texto griego, “Dios” esté sin articulo definido ya que en el Nuevo Testamento
ocurre con o sin el articulo indistintamente. Por lo tanto, en este texto se
llama a Cristo claramente Dios.
b) “… el unigénito Dios (no “hijo”,
como se traduce en la mayoría de las versiones en español), que está en el seno
del Padre, él le ha dado a conocer” (Jn 1:18)
i)
Hay
cinco diferentes lecturas de diferentes manuscritos para la primera parte de
este texto, ellas son:
(1) “unigénito de Dios”
(2) “ el unigénito de Dios”
(3) “ el unigénito hijo”
(4) “ el unigénito hijo de Dios”
(5) “ el unigénito”
ii) Como el “unigénito Dios” es la
lectura que aparece en manuscritos de mucho peso, tales como el Código
Sinaítico y el Código Vaticano, es la lectura por la cual optan varios nuevos
testamentos en griego como el de Eberhard Nestle, Wescott y Hort, y el de Kart
Alan.
iii) Por lo tanto, Juan 1:18 debe leerse
de la siguiente manera: “…el unigénito
Dios, que está en el seno del Padre, él le ha dado a conocer”. De esta
manera el autor sin duda alguna llama a Cristo “Dios”.
c) “Entonces Tomás respondió y dijo: ¡Señor mío , y Dios mío!” (Jn
20:28)
i)
Esta
confesión puede ser una de las confesiones cristológicas más grandes que
ocurre en el evangelio de Juan.
ii) El evangelio empieza con la declaración
de que el Verbo era Dios (Jn 1:1), luego añade que el unigénito Dios ha declarado
al Padre (Jn 1:18). Por todo el evangelio Jesús es llamado “Hijo del hombre”,
“Hijo de Dios”, “Señor”, y ahora alcanza su clímax llamándolo “Mi Señor y mi
Dios”.
iii) Que la confesión de Tomás contiene
la creencia en la deidad de Jesús es afirmada por el hecho de que a Dios se le
llama con términos similares tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamentos:
(1) “Muévete y despierta para hacerme justicia, Dios mío y Señor mío, para
defender mi causa” (Sal 35:23)
(2) “Señor
y Dios nuestro, digno eres de recibir la gloria…” (Ap 4:11). El texto griego dice :”Señor
y Dios nuestro”, y no solo “Señor” como dicen las versiones en español
iv) Según algunos eruditos de la Biblia el evangelio de Juan
concluye en 20:28,29, dejando el capitulo 21 como un apéndice. De ser así , la confesión
de Tomás es sumamente importante dentro de este evangelio : el autor
intencionalmente confiesa la divinidad de Cristo al principio (Jn 1:1) y al
final (Jn 20:28).
d) “De quienes son los patriarcas, y de los cuales, según la carne, vino
Cristo, el cual es Dios sobre todas las cosas, bendito por los siglos. Amén”
(Ro 9:5)
i)
La
forma como lee este texto ha sido asunto de controversia por el hecho de que
Pablo raramente llama a Jesús “Dios”,
mucho menos “Dios sobre todas las cosas”. Algunos proponen que esta designación
seria incompatible con su monoteísmo judío.
(1) Para resolver este problema se ha
dividido el texto en dos parte por medio de un punto después de “vino Cristo”,
haciendo la primera parte una afirmación
del judaísmo de Jesús, y la segunda una doxología a Dios el Padre.
(2) Sin embargo, a esta interpretación
se le pueden hacer las siguientes objeciones:
(a) El sentido mas obvio del texto
requiere un punto hasta el fin del texto y no en medio.
(b) Una doxología a Dios el Padre aquí
es muy abrupta ya que el Padre no es mencionado en los versículos previos del
capítulo nueve.
(c) Si Pablo hubiera deseado aquí una doxología
a Dios el Padre, “bendito” hubiera precedido a “Dios” ya que las doxologías
independientes se construyen de una manera distinta: empiezan con “bendito”,
mientras que en Romanos 9:5 el sujeto está al principio.
ii) Considerando estos argumentos,
pues, es mas probable creer que San Pablo, movido por un impulso de alabanza,
no vaciló en expresar la intensidad de sus emociones ante el conocimiento de
Jesús, quien, en cuanto a la carne es judío, pero a la misma vez es Dios sobre
todas las cosas.
2)
JESÚS , ADORADO COMO DIOS
a) Es un hecho de que en el Nuevo
Testamento a Jesús se le rinda adoración. Esto se prueba con la evidencia de
que la gente venia a él para adorarlo, y de que se le dirigen oraciones y doxologías.
i)
El
verbo “adorar” (griego, proskunéin)
es el término que se usa preferentemente para designar la adoración que se
rinde a Dios , por ejemplo:
(1) “…
y así, postrándose sobre el rostro,
adorará a Dios…”
(1 Co 14:25)
(2) “… y se postraron sobre sus rostros delante del trono, y adoraron a Dios” (Ap 7:11)
ii) Sin embargo, es el mismo verbo que
se usa en referencia a la veneración que se le rinde a Cristo en reconocimiento
a su divinidad, por ejemplo:
(1) “Porque
su estrella hemos visto en el oriente, y venimos a adorarle”
(Mt 2:2)
(2) “Y al entrar en la casa, vieron al niño con su madre María, y postrándose,
lo adoraron…”(Mt 2:11)
b) Hay varios casos en el Nuevo
Testamento en que a Jesús se le dirigen oraciones, reconociéndose así su
divinidad, por ejemplo:
i)
Cuando
Esteban era apedreado, oró:”Señor Jesús,
recibe mi espíritu… Señor, no les tomes en cuenta este pecado…” (Hch
7:59,60)
ii) San Pablo oró a Cristo respecto a
su aguijón en la carne (2 Co 12:8)
iii) En Apocalipsis, Juan ora: “Ven, Señor Jesús” (Ap 22:20), misma oración
que ocurre en 1 Corintios 6:22 :”Ven,
Señor nuestro” (“Ven, Señor nuestro” es la traducción preferible del
término arameo Maranatha, y no “el Señor
viene”, como se lee en la versión Reina Valera 1960.
c) La divinidad de Jesús también se
afirma en el Nuevo Testamento por medio de doxologías que se dirigen a él solo
o a él y al Padre:
i)
A
él solo
(1) “Y el Señor me librará de toda obra mala, y me preservará para su reino
celestial. A él sea la gloria por los siglos de los siglos. Amén” (2 Ti
4:18)
(2) “Antes bien, creced en la gracia y el conocimiento de nuestro Señor y
Salvador Jesucristo. A él sea gloria ahora y hasta el día de la eternidad”
(2 P 3:18)
ii) Al Padre y a él
(1) “Al que está sentado en el trono, y al Cordero, sea la alabanza, la honra,
la gloria y el poder, por los siglos de los siglos” (Ap 5:13)
(2) “Y clamaban a gran voz, diciendo: La salvación pertenece a nuestro Dios
que está sentado en el trono, y al Cordero” (Ap 7:10)
CONCLUSIÓN:
Como hemos
podido ver, el Nuevo Testamento afirma la divinidad de nuestro Señor Jesucristo
al llamarlo Dios, al indicar que es adorado, y porque se le dirigen oraciones y
doxologías como a Dios el Padre
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