miércoles, 29 de marzo de 2017

CRISTOLOGÍA PARTE I

CRISTOLOGÍA


Estudio de la persona de Jesucristo


1)      CUALIDADES DIVINAS  ATRIBUIDAS AL HIJO EN EL NUEVO TESTAMENTO, QUE EN EL ANTIGUO TESTAMENTO SON ATRIBUIDAS A JEHOVÁ.
a)       Uno de los títulos dados a Jesús en el Nuevo testamento es “Salvador”. El término “Salvador” se usa un total de veinticuatro veces, de las cuales dieciséis son en referencia a Cristo
i)        Se dice que Cristo es:
(1)    El Salvador del mundo (Jn 4:42)
(2)    El Salvador de Israel (Hch 13:23)
(3)    El Salvador de la iglesia (Ef. 5:23)
(4)    Y que el Padre lo envió para ser el Salvador del mundo (1 Jn 4:14)
ii)      Es de observarse que el término “Salvador” se usa indistintamente tanto para Cristo como para el Padre, y que este uso es en referencia directa a la salvación del pecado
iii)    Es precisamente porque salva del pecado que Cristo es llamado Salvador (Mt. 1:21;Hch 5:31), prerrogativa que en otros pasajes corresponde exclusivamente a Dios (Mr. 2:7;Lc.5:21)
iv)     Si en el Nuevo testamento Jesús es presentado como el Salvador, en el Antiguo Testamento es Jehová quien posee tal cualidad (2 S 22:3;Sal 106:21;140:7)
v)       Por lo menos un pasaje del Antiguo Testamento donde el Salvador del pueblo de Dios se menciona (Zac 9:9) se le aplica a Cristo en el Nuevo Testamento (Mt 21:5)
vi)     La evidencia del Nuevo Testamento es entonces que al usar el termino Salvador indistintamente para el Padre y el Hijo , y al atribuirle a Cristo el cumplimiento de una profecía del Antiguo Testamento acerca del Salvador de Sión, los autores confesaban su creencia en la deidad de Cristo
b)      Los autores del Nuevo Testamento no sólo se refieren a Jesús como Salvador, identificándolo con un título que en el Antiguo Testamento es dado a Jehová, sino que además se refieren a él como Señor, título que en la versión griega del Antiguo Testamento, la Septuaginta, es la traducción del nombre hebreo para Dios, Jehová (Yahweh).
c)       Al usar el término “Señor” para Jesús le atribuyen pasajes del Antiguo Testamento en los cuales el texto hebreo se refiere directamente a Jehová (Yahweh), el nombre sacratísimo de Dios
d)      Al identificar de esta manera a Jesús, el Señor del Nuevo Testamento, con el Señor (Yahweh) del Antiguo Testamento, los autores sagrados confesaban tanto su señorío como su deidad, ya que el titulo Señor le asigna tanto a Jehová como a Jesús señorío sobre la creación y el derecho de ser adorados
e)       Cristo es descrito como el “Señor de gloria” (1 Co 2:8) título que en el Salmo 29:3 es dado a  Jehová ; 1 Corintios 10:26 es una cita del Salmo 24:1
f)        Si en el Antiguo Testamento el Señor Dios dijo de si mismo : “Que a mi se doblará toda rodilla  y jurará toda lengua” (Is. 45:23) , en el Nuevo Testamento es ante Jesús:”para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos , y en la tierra, y debajo de la tierra; y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre” (Fil. 2:10,11)


En el caso de Jesús, su divinidad se presenta, dentro de otras maneras, llamándolo Dios y adorándolo como divino

1)      Jesús, llamado Dios
a)       En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios , y el Verbo era Dios” (Jn 1:1)
i)        Se ha sugerido que como en el texto griego la frase “y el Verbo era Dios”, “Dios” no tiene articulo definido y debe traducirse “y el Verbo era Divino”, o algo inferior al Padre , algo así como “ y el Verbo era un dios”
ii)      Pero si el autor de este evangelio hubiera querido llamar a Jesús “divino” hubiera usado la palabra theios (divino) que ocurre tres veces en el Nuevo Testamento :
(1)    “Siendo, pues, linaje de Dios no debemos pensar que la Divinidad (theios)…” (Hech 17:29)
(2)    “como todas las cosas que pertenecen a la vida y a la piedad nos han sido dadas por su divino (theios) poder…” (2 P 1:3)
(3)    “…para que por ellas llegaseis a ser participantes de la naturaleza divina (theios)…” (2 P 1:4)
iii)    No es extraño que en Juan 1:1 en el texto griego, “Dios” esté sin articulo definido ya que en el Nuevo Testamento ocurre con o sin el articulo indistintamente. Por lo tanto, en este texto se llama a Cristo claramente Dios.
b)      “… el unigénito Dios (no “hijo”, como se traduce en la mayoría de las versiones en español), que está en el seno del Padre, él le ha dado a conocer” (Jn 1:18)
i)        Hay cinco diferentes lecturas de diferentes manuscritos para la primera parte de este texto, ellas son:
(1)    “unigénito de Dios”
(2)    “ el unigénito de Dios”
(3)    “ el unigénito hijo”
(4)    “ el unigénito hijo de Dios”
(5)    “ el unigénito”
ii)      Como el “unigénito Dios” es la lectura que aparece en manuscritos de mucho peso, tales como el Código Sinaítico y el Código Vaticano, es la lectura por la cual optan varios nuevos testamentos en griego como el de Eberhard Nestle, Wescott y Hort, y el de Kart Alan.
iii)    Por lo tanto, Juan 1:18 debe leerse de la siguiente manera: “…el unigénito Dios, que está en el seno del Padre, él le ha dado a conocer”. De esta manera el autor sin duda alguna llama a Cristo “Dios”.
c)       Entonces Tomás respondió y dijo: ¡Señor mío , y Dios mío!” (Jn 20:28)
i)        Esta confesión puede ser una de las confesiones cristológicas más grandes que ocurre en el evangelio de Juan.
ii)      El evangelio empieza con la declaración de que el Verbo era Dios (Jn 1:1), luego añade que el unigénito Dios ha declarado al Padre (Jn 1:18). Por todo el evangelio Jesús es llamado “Hijo del hombre”, “Hijo de Dios”, “Señor”, y ahora alcanza su clímax llamándolo “Mi Señor y mi Dios”.
iii)    Que la confesión de Tomás contiene la creencia en la deidad de Jesús es afirmada por el hecho de que a Dios se le llama con términos similares tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamentos:
(1)    Muévete y despierta para hacerme justicia, Dios mío y Señor mío, para defender mi causa” (Sal 35:23)
(2)    “Señor y Dios nuestro, digno eres de recibir la gloria…” (Ap 4:11). El texto griego dice :”Señor y Dios nuestro”, y no solo “Señor” como dicen las versiones en español
iv)     Según algunos eruditos de la Biblia el evangelio de Juan concluye en 20:28,29, dejando el capitulo 21 como un apéndice. De ser así , la confesión de Tomás es sumamente importante dentro de este evangelio : el autor intencionalmente confiesa la divinidad de Cristo al principio (Jn 1:1) y al final (Jn 20:28).
d)      De quienes son los patriarcas, y de los cuales, según la carne, vino Cristo, el cual es Dios sobre todas las cosas, bendito por los siglos. Amén” (Ro 9:5)
i)        La forma como lee este texto ha sido asunto de controversia por el hecho de que Pablo raramente llama a Jesús  “Dios”, mucho menos “Dios sobre todas las cosas”. Algunos proponen que esta designación seria incompatible con su monoteísmo judío.
(1)    Para resolver este problema se ha dividido el texto en dos parte por medio de un punto después de “vino Cristo”, haciendo la  primera parte una afirmación del judaísmo de Jesús, y la segunda una doxología a Dios el Padre.
(2)    Sin embargo, a esta interpretación se le pueden hacer las siguientes objeciones:
(a)     El sentido mas obvio del texto requiere un punto hasta el fin del texto y no en medio.
(b)    Una doxología a Dios el Padre aquí es muy abrupta ya que el Padre no es mencionado en los versículos previos del capítulo nueve.
(c)     Si Pablo hubiera deseado aquí una doxología a Dios el Padre, “bendito” hubiera precedido a “Dios” ya que las doxologías independientes se construyen de una manera distinta: empiezan con “bendito”, mientras que en Romanos 9:5 el sujeto está al principio.
ii)      Considerando estos argumentos, pues, es mas probable creer que San Pablo, movido por un impulso de alabanza, no vaciló en expresar la intensidad de sus emociones ante el conocimiento de Jesús, quien, en cuanto a la carne es judío, pero a la misma vez es Dios sobre todas las cosas.
2)      JESÚS , ADORADO COMO DIOS
a)       Es un hecho de que en el Nuevo Testamento a Jesús se le rinda adoración. Esto se prueba con la evidencia de que la gente venia a él para adorarlo, y de que se le dirigen oraciones y doxologías.
i)        El verbo “adorar” (griego, proskunéin) es el término que se usa preferentemente para designar la adoración que se rinde a Dios , por ejemplo:
(1)    “… y así, postrándose sobre el rostro, adorará a Dios…” (1 Co 14:25)
(2)    “… y se postraron sobre sus rostros delante del trono, y adoraron a Dios” (Ap 7:11)
ii)      Sin embargo, es el mismo verbo que se usa en referencia a la veneración que se le rinde a Cristo en reconocimiento a su divinidad, por ejemplo:
(1)    “Porque su estrella hemos visto en el oriente, y venimos a adorarle” (Mt 2:2)
(2)    Y al entrar en la casa, vieron al niño con su madre María, y postrándose, lo adoraron”(Mt 2:11)
b)      Hay varios casos en el Nuevo Testamento en que a Jesús se le dirigen oraciones, reconociéndose así su divinidad, por ejemplo:
i)        Cuando Esteban era apedreado, oró:”Señor Jesús, recibe mi espíritu… Señor, no les tomes en cuenta este pecado…” (Hch 7:59,60)
ii)      San Pablo oró a Cristo respecto a su aguijón en la carne (2 Co 12:8)
iii)    En Apocalipsis, Juan ora: “Ven, Señor Jesús” (Ap 22:20), misma oración que ocurre en 1 Corintios 6:22 :”Ven, Señor nuestro” (“Ven, Señor nuestro” es la traducción preferible del término arameo  Maranatha, y no “el Señor viene”, como se lee en la versión Reina Valera 1960.
c)       La divinidad de Jesús también se afirma en el Nuevo Testamento por medio de doxologías que se dirigen a él solo o a él y al Padre:
i)        A él solo
(1)    Y el Señor me librará de toda obra mala, y me preservará para su reino celestial. A él sea la gloria por los siglos de los siglos. Amén” (2 Ti 4:18)
(2)    Antes bien, creced en la gracia y el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo. A él sea gloria ahora y hasta el día de la eternidad” (2 P 3:18)
ii)      Al Padre y a él
(1)    Al que está sentado en el trono, y al Cordero, sea la alabanza, la honra, la gloria y el poder, por los siglos de los siglos” (Ap 5:13)
(2)    Y clamaban a gran voz, diciendo: La salvación pertenece a nuestro Dios que está sentado en el trono, y al Cordero” (Ap 7:10)


CONCLUSIÓN:

Como hemos podido ver, el Nuevo Testamento afirma la divinidad de nuestro Señor Jesucristo al llamarlo Dios, al indicar que es adorado, y porque se le dirigen oraciones y doxologías como a Dios el Padre
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